Me pregunto si aún llego a tiempo para reflexionar sobre mujer y tecnología,si es aún tiempo de pensar en estas cosas,decidlo,sí,estáis en vuestro derecho: ¡¡a buenas horas,mangas verdes!!...Permítanme la disgresión.
Probablemente no sea yo la más indicada para hablar de tecnología, pues poco sé yo de eso, aparte del cacharreo, como comentaba Mª Jesús, pues si de algo adolezco es del gusto por lo tecnológico,porque mi curiosidad científica es escasa,a qué negarlo,aunque en otros aspectos sea tirando a enfermiza, no me ha sido dado ese don.Pero leyendo estos días todos los pensamientos y vivencias de las diversas personas que han participado en este #8Mrobótico,no he podido menos que recordar, sumergirme en el pasado,y reflexionar sobre esa relación mujer tecnología que,de algún modo todas hemos sufrido o disfrutado,según el momento.
Inevitablemente,debo referirme a mi padre,siempre enfrascado en la lectura de cualquier artículo científico que pillara por banda, apasionado por la electrónica, la radio,la televisión, y,recientemente, Internet, y su cara de pavor aquel año de interina en que me completaron el horario con Tecnología, sabedor de que mis capacidades a ese respecto se limitaban a ver si la bombilla estaba fundida o no y,si después de eso no había luz,llamar al electricista de turno para que me diera un buen sablazo...No entendía el hombre cómo funcionaba aquel Ministerio de Educación si ponían de profesora de Tecnología a alguien tan patoso... No andaba desencaminado,por otra parte. Ni en mi "patosidad" ni en lo del Ministerio.
Y debo referirme a mi abuelita,que después de toda una vida trabajando como una bestia, sobrellevando el exilio,la adaptación a varios países, la separación de su familia durante tantos años,ella,que luchó por un mundo mejor de todos los modos que le fue posible, no se atrevía a usar un microondas porque,de todos es sabido,los carga el diablo.
Y ,como Carmen, debo,indefectiblemente, hablar de mi madre,que con setenta y bastantes años aún recuerda con pavor las docenas de pañales sucios en su etapa pre-lavadora...
O puedo hablar también de la cara de alegría de mis padres cuando tuvieron,tras una vida entera con una tienda de electrodomésticos en una ciudad pequeña,su primer televisor nuevo,de primera mano,sin artificios...Maravillados porque todo funcionaba,el mando a distancia,la definición de la pantalla, los distintos canales... Todo un lujo que nunca hubieron de permitirse.
O de mí misma,cuando no existían los móviles y vivías en un pueblo con pocas cabinas telefónicas,o en el bendito momento,no hace demasiado,por otra parte, en la que di gracias al cielo por la existencia de la dirección asistida...
Hablar de robótica,de tecnología, es hablar de la historia de cada uno y una de nosotros, pues los hallazgos tecnológicos han sido, y son,soporte cultural,estrato sobre el que se cimenta nuestra existencia.
Parece que finalmente, hablar de tecnología y de robótica no es sino hablar, paradójicamente, de cosas que nos hacen humanos.
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