A veces, nos llevamos sorpresas realmente increíbles.
En
un grupo de sexto curso, en el CEIP Miguel de Cervantes de Leganés, hace unas semanas, empezamos a plantearnos la posibilidad
de utilizar placas Arduino de una forma más bien limitada, pero en todos
los grupos de trabajo de la clase durante una sesión semanal.
Como
en el centro tenemos ordenadores antiguos, más bien muy antiguos, decidimos usar la
combinación de Arduino IDE + Ardublock en MAX (MAdrid_linuX) como
entorno de experimentación y programación.
De forma
complementaria, surgió la idea de lo que no sé si llamarlo una pequeña
locura. Explicar en un post cómo instalar Arduino IDE + Ardublock en
Windows para aquellos alumnos que se animaran lo hicieran, tarea que no
es nada fácil. ¿Por qué en Windows? Porque es lo que tienen en casa la
mayoría de los alumnos.
La idea era poner en marcha una placa viajera Arduino con "shield" de expansión con
sensores conectables y que el alumno o alumna que libremente quisiera la probara en casa, empezando por lo más básico.
Pronto surgió la
primera alumna que la solicitó y se la llevó de forma voluntaria durante una semana. Le indiqué que si no
funcionaba, no pasaba nada y no se preocupara; que podía ocurrir, pues era complicado. Recomendé que pidiera ayuda a sus padres y avisar
de que era algo voluntario para tiempo de ocio, resaltando que probara con mucha paciencia.
Al volver del fin de semana, me indicó que algo no le había funcionado. No me extrañó, porque era lo
más probable que podía ocurrir. Pensé que se refería a que no había conseguido realizar la instalación. Pero
estaba equivocado; era que no le había funcionado uno de los
programas que había probado y que, de vez en cuando, se perdía la conexión de la placa (algo
usual en Arduino).
La instalación le llevó como
una hora y su hermano menor estuvo allí al lado, pegado. Pero fue ella sola lo que lo consiguió. Una alumna de 6º curso.
Pero
la placa ha seguido su camino y la segunda alumna ha tenido un éxito también muy destacable. Ha conseguido instalar los programas, ha hecho sus pruebas
en casa e, incluso, ha grabado el vídeo. Lo dejo enlazado.
¡De nuevo,
sorprendente y maravilloso!
Sí. Una locura. Pero, a veces, las locuras dan su resultado.
Me viene a la mente una frase que una alumna dijo el curso pasado: "Profe, el año pasado no sabía que me gustaban
los robots". ¡Impactante al oído de un docente!
¿Qué
hubiera sido de este y otros descubrimientos si al profe no se le
hubiera ocurrido empezar con ciertas iniciativas y con esa placa viajera a pesar de las muchas e importantes dificultades?
¿Cuántos
descubrimientos se están perdiendo en las aulas por no disponer de
medios y personas que se animen?
Muchas veces es sólo empezar, e insistir.
Las locuras a veces hacen cambiar el mundo.
La
placa seguirá viajando cada semana hasta que se agote el ánimo por la
novedad, como suele pasar con casi todo. ¡O no! . Por ahora sólo la han
pedido tres alumnos. Pero... Había que probar.
Como
reseña, indicar que hay ánimo de chicas en esto de las placas y
programación... No
sé si tiene algo que ver que no nos preocupa hacer robots clásicos de
los que van a competiciones para ser los más rápidos y eficaces y que le
damos mas importancia a lo plástico o visual o creativo o expresivo
... El tiempo lo dirá. Podría ser un espejismo...
Eso sí. Como sigo sorprendido, tengo que volver a preguntarme cada día si ha sido un sueño.
Poco
a poco, espero que con nuevas ideas y casi locuras, intentaremos seguir
disfrutando de los aprendizajes de los alumnos y alumnas.
Aprendizajes que parecen imposibles, pero que a veces se hacen realidad cuando se sueñan y se dan pasos hacia lo imprevisible.
:-)