Esta foto, nos muestra unas manos, son las manos que han enseñado a
mis peques en las últimas semanas a programar nuestros robots, que
han permitido la magia de convertir a 23 criaturas de 3º os de
primaria en expertas y expertos en robótica.
Quien nos iba a decir el curso pasado cuando andábamos buscando
financiación para nuestro Kit de robótica que nos íbamos a
convertir tan rápido en auténticas figuras del mundo de los robots.
Hemos investigado sobre ellos, hemos construido algunos, hemos
coqueteado con Scratch, hemos construido con Lego y por último hemos
aprendido a programar nuestras pequeñas producciones.
Esto último gracias a Ana, la mamá de Rubén que durante tres
semanas nos ha acompañado en los rincones para que todas y todos
aprendan a programar nuestros aparatejos.
Ahora andamos viendo cual va a ser nuestro nuevo reto y les hemos
ofrecido a otros compis del cole que podemos enseñarles lo que hemos
aprendido.
Ana es además nuestra delegada de clase, es una mamá mágica y ella
y yo sabemos la profundidad de esa afirmación, es una mujer fuerte,
tenaz, incansable...
Por eso cuando lanzaron el reto de celebrar este 8 de marzo con el
lema “manos de mujer” no pude evitar sonreirme al ver la
casualidad de una foto que mostraba sus manos.
Unas manos que representan a otras muchas manos, porque efectivamente
yo veo manos de mujer en un 8 de marzo y en el 7 y en el 6..., veo
manos de mujer en cada día del año y en cada año de mi vida.
Manos que abrazan, manos que acarician, manos que guían, que
limpian, que enseñan, que conducen, que friegan, que operan, que
cocinan, que construyen, que ayudan, que ríen, que lloran...
Veo manos fuertes que luchan mientras miman, veo manos amigas, manos
compañeras, manos tenaces, incansables, manos bailarinas.
Las veo en mi casa, en la escuela, en la calle, en casa de mi vecina,
de mi amiga, de mi madre, en el hospital y en la tienda, en el cine y
en la escuela, en la escuela, en la escuela, en la escuela...
Esas las tengo muy cerca, las siento a diario, divertidas, a veces, a
veces preocupadas, serviciales siempre.
Dispuestas a colaborar conmigo en la carrera apasionante de la vida
de sus criaturas.
Tienen 23 nombres, bueno, más, si cuento las manos de abuelas que
veo menos, pero que siento también cerca.
Hoy para celebrar este “Día Internacional de la Mujer”le doy las
gracias a ella y al resto que han hecho posibles nuestros mosaicos
de tela, nuestra escultura de Florita, nuestras obras de teatro, esos
robots que se mueven...¡Gracias a todas!
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