Llega la primera historia de la mano de
¡¡¡Gracias!!!!!!!
De la abuela a la nieta
con la tecnología
Uno de los recuerdos más
fuertes de mi infancia está ligado a la importancia de una máquina
que vino a mejorar enormemente la vida de muchas mujeres “la
lavadora”.
Soy de una familia de
tres chicas y un chico, las dos más pequeñas mellizas, y recuerdo,
siendo yo niña, a mi madre pegada, cada vez que podía, a la pila de
lavar, a veces hasta bien entrada la noche.
Yo era la mayor y cuando
mis hermanos aún eran pequeños, la recuerdo con un sentimiento de
pena, de ganas de que aquella ropa desapareciera de nuestras vidas y
dejara espacio para mí, en la vida de mi madre.
Sin embargo, recuerdo con
cierta nostalgia el lavadero de mi pueblo, donde acompañaba a mi
abuela cuando iba a lavar la ropa.
El bullicio de las
mujeres, las risas, los cotilleos del pueblo...
Aún se mantiene en el
pueblo el lavadero, ya vacío, sin mujeres, sin risas, sin el golpear
de la ropa en las losas. Tiene signos, de que aún alguien en el buen
tiempo pasa por allí con un hatillo de ropa para alimentar su
nostalgia.
Pero las nietas de ese
lavadero, por fin tienen en su casa lavadora.
La sociedad ha avanzado
tanto en tecnología que por fin, ahora es mucho más fácil el
trabajo de mantener una casa.
Hemos inventado hornos
super rápidos, robots que casi hacen la comida, máquinas que lavan,
secadoras, planchas, aspiradoras...
¡todo un montón de
máquinas que ayudan!
Pero no hemos conseguido
que la mente humana acepte el reparto del trabajo doméstico como
deber inexcusable de hombres y mujeres por igual.
¡Que pena que sea tan
fácil inventar una máquina y tan difícil poner en marcha un
derecho.!
@Patisukiya @londones @Lamunix deberías leer esta historia de mujeres. http://t.co/9kyTZwJcY1
— Manuel López Prieto (@rigoly) febrero 26, 2015
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